Reutilizar objetos en desuso para crear nuevas cosas es algo que el ser humano lleva haciendo toda la vida. Es casi cuestión de sentido común. Sin embargo, el mundo del diseño ha tardado lo suyo en incorporar la idea. Por eso, no es de extrañar que algunos de los clásicos del upcycling apenas hayan cumplido la veintena. Es el caso del trío de obras con las que se dio a conocer el diseñador holandés Tejo Remy, todas ellas gestadas en 1991 y parte del catálogo del referente del diseño Droog. Se trata de la lámpara de botes de leche, la silla de trapo o la conocidísima cómoda de cajones, que incluso ha llegado al MoMA. Quizá no te suenen ni su autor ni las piezas, pero seguro que ya las has visto en algún sitio. Con ellas, iniciamos una serie dedicada a grandes ideas que pueden servirte de inspiración para reci-crear.
Cómoda de cajones

Imagen de Bob Goedewagen
Probablemente sea la obra más celebrada de Remy. Al parecer, la pensó cuando todavía no había terminado sus estudios de diseño. La pieza es una reflexión sobre la memoria y cómo afloramos los recuerdos: en muchas ocasiones, guardamos posesiones preciadas en lugares concretos para recordar que las conservamos ahí. Una foto, un recuerdo de familia o las llaves. Cada cosa tiene su sitio.
No obstante, a veces el diseño no juega a nuestro favor, como en el caso de las cómodas de cajones de disposición regular ¿Cuántas veces has tenido que abrir varios cajones para encontrar lo que buscas? Para ponerlo más fácil, Remy rizó el rizo: recuperó cajones viejos, cada uno diferente, y los dispuso de forma irregular, sujetos gracias a una correa. Dice su autor que este caos ordenado de formas, colores y disposiciones ayuda a recordar qué se guarda en cada cajón.

Imagen de Robaard/Theuwkens
Rag chair, la silla de trapo
“Haciendo que cualquier cosa sirva de material, transformamos lo familiar e incorporamos sus circunstancias”. Así empieza la declaración de intenciones del estudio que Remy mantiene en Utrecht junto a Rene Veenhulzen. Un buen ejemplo es su silla trapo: construida a partir de retales y una estructura metálica, la pieza sigue desprendiendo familiaridad.

Imagen de Remy-Veenhuizen

Imagen de Remy-Veenhuizen
Milk bottle lamp
Quizá no fue la primera lámpara en una botella, pero es una de las más conocidas y ha servido de inspiración a otros modelos como éste o éste. Como explica el propio Remy, este diseño –junto a los dos anteriores- defiende la filosofía de “crear nuestro propio mundo con lo que encontramos, de la misma manera que Robinson Crusoe creó su paraíso en una isla”

Milk bottle lamp de Droog